Es una república islámica en su mayor parte ocupada por el desierto del Sahara, con numerosos restos arqueológicos, un pueblo de nómadas. Tiene parajes con grandes contrastes como el oasis de Adrar o el Parque Nacional de Bane Dárguin. Posee playas de arena fina que dan al océano Atlántico. Se puede practicar trekking, deportes náuticos y de montaña, y travesías por el desierto.